Anoche el cielo se cerró, pintaba lluvia para hoy y amaneció goteando parejo. Las variaciones en la luz, su intensidad y las variantes durante el transcurso de la lluvia indicaban el espesor de las nubes. En los momentos mas luminosos, los pájaros salían a retomar sus vuelos, sin embargo la lluvia volvió sin que oscurezca… La pareja de horneros vecina al estudio son los primeros en cantar cuando para, es época del Niño, dicen que así será todo el verano.
Esta luz húmeda también se ve en los fotogramas que elegí para imprimir la serie Éxodo Rural en 1986; fotografías que copié en el laboratorio de “Foto Ibis”. Tal vez por mi escaso conocimiento del paisaje y la tristeza misma del éxodo rural, las imágenes terminaron siendo impresiones muy densas y dramáticas.
Pasaron muchas lluvias y también muchos años para que pueda empezar a comprender un poco de arquitectura y otro poco más del paisaje. Esa arquitectura lamentablemente abandonada por años, sigue allí. Ahora veo en ellas su esencia: galpones, escuelas y casas, muchas con medianeras urbanas, se destacan por su verticalidad severa en contraposición a la horizontalidad de la llanura, especialmente en los días de cielo limpio, después de la lluvia donde la pampa parece extenderse un poco más.
En setiembre de 1984 inicio mi primer Éxodo Rural, luego en 1986 volví a realizar el trabajo en formato medio con textos de Jorge Isaías. G. F. 2016.