Me desorienta su presencia, perturba en el pensar y angustia al frustrar la imagen.
Luz interior que no ilumina sino como en el negativo oscurece. Fracaso que me vuelve al principio del camino.
Doblemente negativo: negativo sentenciado a no ser guardado. Ilusión velada que termina cortada por la guillotina, enviada a la basura.
Estos, como tantos otros fracasos fotográficos tan cercanos a la vida real, me seducen.
Desilusiones del proceso que se relevan y me revelan en nuevos pensamientos.
Luz en el fuelle es aire dentro de la cámara, tan aire, tan luz como el otro, el que está afuera, en el paisaje exterior.
Esta luz incontrolable ya no está condenada a desaparecer. Simplemente vendrá a revelar con más revelado un paisaje cada vez mas iluminado.
Gustavo Frittegotto, 2010