Verano, Arequito – 1989

Operando por reducción cuantitativa – resultado de una inteligencia visual austera – recorta toda ambigüedad posible. No hay elementos que puedan diferir su significado. La referencia es unívoca, recortada al máximo por el encuadro, produce  – dialécticamente –  una ampliación cualitativa del mundo. Muy poco es lo que necesita para construir “El campo fotográfico”. Es tanto  lo que recorta al encuadrar que nos obliga a seguir esta pista, que no es otra cosa que  un modo de enunciar indicando la presencia. Nada narra en estas fotografías ni alude a alguna posible historia o intromisión literaria. Todo restituye al contexto de la experiencia, a lo que “es”. Obliga a delimitar la lectura ya que no juega con asociaciones complejas, no hay efectos composicionales engañosos, sofisticadamente armados, ni espacios truncados por la técnica, ni perspectivas falseadas. El  ordenamiento  sintáctico se corresponde al comentario perceptual que está significado y se reinterpreta como un corte único, primero y constituyente , donde la composición es una consecuencia de este  mismo acto (otro sería irrelevante), redescubriendo un orden simple, sin zonas privilegiadas, un fragmento del tejido del mundo para revelar los puntos con que la luz lo teje. Puntos precisos a un nivel  preciso de visión. Decisiones todas que nos hacen  comprender que estamos ante un juicio valorativo consciente.  Es  evidente que Gustavo Frittegotto no solo conoce la técnica, sino todos los elementos del  lenguaje  con que crea y es también consciente del potencial ideológico del mismo.

Oscar Gabriel Martínez Dalmasso, 1989